En esta entrada hablaremos de los hipnóticos, los sedantes y los ansióliticos.
Estos son un conjunto de psicofármacos utilizados para tratar el insomnio y la ansiedad, principalmente. El primer hipnosedante se sintetizó en 1864 y fue el ácido barbitúrico.
Los efectos de los barbitúricos son muy similares a los del alcohol, presentando con dicha sustancia dependencia cruzada, es decir que suprimen parcial o totalmente los síntomas de la dependencia física.
El principal riesgo del consumo de barbitúricos es la rápida tolerancia que se produce; a pesar, de que se aumente la dosis, el umbral de la dosis letal no retrocede, por lo que es muy fácil morir por sobredosis. Además de esto se crea, rápidamente, dependencia física y psicológica a esta sustancia y su síndrome de abstinencia puede ser muy peligroso, por lo que requiere ingreso hospitalario ya que puede aparecer delirium tremens, crisis epileptoides, y en ocasiones llega a ser mortal. El grave síndrome de abstinencia, la rápida tolerancia, su poder adictivo y el riesgo de poder ser usados como instrumentos autolíticos hicieron que fueran retirados del mercado en la década de los sesenta.
Paralelo a esto, en la década de los cincuenta se empezaron a usar las benzodiacepinas, que poco a poco desplazaron el uso de los barbitúricos puesto que implicaban menores efectos secundarios; sin embargo, en los años sesenta aparecieron las primeras evidencias del poder adictivo de algunas benzodiacepinas como el Valium.
En la mayoría de los casos el consumo de estas sustancias se inicia por prescripción médica, sin embargo, su uso inadecuado conduce a la dependencia. En la actualidad enciende las alarmas sanitarias por su uso abusivo entre consumidores de otras sustancias como heroína, que lo usan mezclándolas con alcohol para conseguir algunos de los efectos de la sustancia.
Efectos normales:
Mejoran el estado anímico
Reducen la ansiedad
Favorecen estados de relajación e inducen el sueño.
En elevadas dosis:
Dificultades en la coordinación psicomotriz.
Confusión y aturdimiento.
Náuseas.
Lentitud en la asociación de ideas.
Síntomas del síndrome de abstinencia:
Ansiedad.
Temblores.
Náuseas.
Irritabilidad.
Tensión muscular.
Anorexia.
Insomnio.
Depresión.
Sus efectos aumentan al combinarlos con alcohol u otros depresores del sistema nervioso centra, se incrementa el riesgo de muerte por paro cardio respiratorio puesto que se disminuye peligrosamente el funcionamiento del sistema nervioso central.
Recomendaciones:
No consumir sin prescripción médica
No consumir de forma recreativa
No mezclar con alcohol u otras sustancias
Si se consume por prescripción médica: seguir las indicaciones de dosificación y seguir las indicaciones de reducción gradual cuando termine el tratamiento, con el fin de manejar los síntomas de dependencia física de manera efectiva.
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Recomendaciones generales:
📌No consuma ninguna sustancia psicoactiva, si lo hace que no sea de forma habitual.
📌Cuídese físicamente antes, durante y después del consumo a través de la alimentación y la hidratación.
📌Implemente estrategias de desintoxicación los días siguientes al consumo
🔥 Signos de alarma 🔥
Si siente la necesidad de aumentar la dosis para sentir los efectos que inicialmente sentía, dese un respiro y no consuma durante un buen tiempo, eso va a disminuir la tolerancia, manténgala ahí a través del consumo no habitual, es decir, que no haga parte de su rutina o que el consumo no presente un patrón.
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